Tu pelo era rubio
como la arena
de la playa
de Las canteras.
Tus ojos verdes
simulando el color
del Pinar de Tamadaba.
Tu cuerpo robusto
como fuerte
se erige el Roque Nublo.
Tu piel blanca
cual espuma
de las olas
del Océano Atlántico
que acarician
nuestras costas.
Tus labios dulces
recordaban
las aguas que
corrían por
El Barranco de Azuaje.
Tu corazón puro
como puro es el aire
que circula
por La cumbre.
Fuerza mayor
sesgó tu vida.
asemejando
al temporal
que quebró el Dedo de Dios.
Tamarán
se hundió
en profunda depresión,
se convirtió
en la Caldera de Bandama.
Hoy lo contempla todo
desde el Roque Bentayga
hasta el Faro de Maspalomas,
con una gran calma.
Tal vez algún día
Atindamana
le conceda a otro Guanarteme
el corazón de su Doramas.
AUTORA: Juani Falcón 1/1/2011
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